El aumento de las temperaturas, la humedad y los gases de efecto invernadero afectan a la distribución geográfica y densidad de las poblaciones de insectos y favorece la modificación de los ecosistemas, abriendo la puerta a especies invasoras que antes no tenían posibilidad de sobrevivir en los mismos. De la misma forma, el control de plagas, se ve afectado por los cambios en las temperaturas, el aumento de las lluvias y las condiciones climáticas extremas asociadas al cambio climático.
Según estudios publicados en el último año, el aumento de la temperatura del planeta se debe entre otras cosas, a los gases de efecto invernadero y a las actividades humanas. Se prevé que este problema siga aumentando en los próximos años dando lugar a variaciones considerables en las temperaturas y duración de la estaciones. Todos estos cambios que ocurren en el planeta perjudican nuestra salud y favorecen el incremento de plagas.
Aumento de la temperatura y plagas urbanas
Sin duda, la temperatura es uno de los factores que se ven alterados por el cambio climático que más influye sobre el comportamiento, distribución y reproducción de las plagas urbanas.
Los insectos son organismos de sangre fría y como tal, no pueden regular su temperatura corporal por sí mismos, mantienen prácticamente la misma de su entorno inmediato. De tal forma, el aumento de la temperatura global, hace que éstos puedan acortar sus ciclos reproductivos y de vida, lo que daría lugar a más generaciones de insectos en el año.

Se ha observado que este aumento de temperatura, trae asociado que se den veranos más cálidos e inviernos más suaves, lo que favorece que algunos insectos (como mosquitos, moscas, garrapatas, cucarachas o termitas) alarguen su época de actividad y disminuya su tasa de mortalidad. Además, se favorece la supervivencia de especies más resistentes (como algunas especies invasoras) que desplazan a las comunidades de insectos que en ocasiones, actuaban como fitosanitarios poniendo en peligro el equilibrio de la agricultura.
Otro problema derivado del aumento de temperatura es el comportamiento que presentan ciertas sustancias utilizadas actualmente como insecticidas para controlar estas plagas, ya que se ha visto que algunas pueden ver alteradas sus propiedades físicas y químicas con temperaturas muy elevadas. Aunque todavía hay pocos estudios al respecto, si el problema al que nos enfrentamos sigue aumentando y las temperaturas estacionales se vuelven muy extremas, habría que revisar no sólo la formulación de estos productos si no también su manejo y utilización a largo plazo.
Cambio climático, plagas y efectos en la agricultura
Como hemos comentado, el cambio climático influye de manera significativa sobre la duración del desarrollo del ciclo vital (incremento de la población) así como en el aumento del área de dispersión de los insectos y ácaros que dan lugar a la mayoría de las plagas tanto en la ciudad como el campo y que son, en muchos casos, de interés médico-veterinario a la hora de crear estudios sobre ello.
La situación que puede derivar de estas plagas de insectos son las amenazas crecientes en temas como la seguridad alimentaria y el medio ambiente, tal y como recalca un estudio de la ONU para la Alimentación y la Agricultura.
En la actualidad al menos un 40% de los cultivos del mundo se pierden a causa de las enfermedades que surgen en los vegetales y frutas por plagas que las atacan. El resultado de estas pérdidas en el sector se traduce en que millones de personas no tengan acceso a una buena alimentación, sobre todo en aquellas zonas menos desarrolladas, y perjudica de forma importante la salud y economía de las comunidades rurales. Sumado a esto, hay que valorar las pérdidas millonarias que suponen los daños pro provocados por los insectos invasores y las enfermedades que padecen las plantas.
La aparición de estas plagas por culpa del cambio climático se agrava por la propagación, que se suma a las enfermedades e invasión de los insectos. El comercio mundial, los movimientos migratorios de las personas, los factores ambientales y meteorológicos (entre los que destacan los vientos) y los insectos o demás patógenos propagados por vectores, son un ejemplo de las principales formas en las que se expanden.
Como has podido ver el cambio climático afecta a la población humana y las demás especies tanto de manera directa como indirecta. El tomar las medidas óptimas para evitar que siga avanzando está en nuestras manos y paliar los efectos que pueden afectar a la salud de las personas también. Es por ello que te aconsejamos que sigas nuestros consejos y en caso de presenciar una plaga fuera de control acudas a profesionales para erradicarla de manera efectiva.
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