Normalmente la llegada del calor es motivo de alegría y de muchos factores climáticos que propician el ambiente perfecto para disfrutar de múltiples actividades al aire libre. Sin embargo, también va de la mano de otras consecuencias no tan agradables.
La aparición de plagas y bacterias es más común en esta época del año. Aunque la mayoría de los insectos sean inofensivos, algunos pueden suponer grandes problemas en la transmisión de enfermedades, molestias o tensiones entre los que están a tu alrededor.
A continuación, te damos todos los detalles sobre este suceso estacional para que puedas tener la situación bajo control.
¿Cuál es la relación entre el calor y las plagas?
Según nuestros expertos, se ha demostrado que existe una relación directa entre el calor y la reproducción de muchas especies. Por ejemplo, en temperaturas que superan los 28 o 29 grados la reproducción de los mosquitos se incrementa el doble, y cada grado aumenta en un 50 % su ciclo de vida.
Por otro lado, las tormentas veraniegas son también una mezcla peligrosa. Algunas especies como la hembra mosquito, aprovechan los charcos de lluvia para depositar sus huevos. Normalmente, una hembra pone de media unos 400 huevos que en un corto periodo de tiempo se transformarán en larvas de mosquitos.
El aumento del turismo junto a la globalización, ha propiciado problemas de sanidad ambiental como la expansión del mosquito tigre. El cual, encuentra un hábitat ideal la zona del levante español y que, poco a poco, va penetrando en el interior de la península.
Los insectos más comunes en las épocas veraniegas
Aunque es cierto que depende de las condiciones propias de cada región, estos son los insectos de verano que se presentan más comúnmente en España:
Mosquitos. Uno de los bichos más repudiados durante las noches de verano. Especialmente, en las zonas con humedad cercanas a ríos. Las especies más habituales son los mosquitos trompeteros o el mosquito tigre, siendo este último más común en el Mediterráneo o Valle del Ebro. Se debe prestar especial atención a este tipo de insectos, ya que suponen vectores transmisoras de enfermedades como el Dengue, La Fiebre Amarilla, el virus Zika y la Chikungunya.
Cucarachas. Sin lugar a dudas, una de las más molestas en las épocas estivales. Su reproducción se realiza a una gran velocidad y requieren de un control inmediato tras su identificación. Aunque en principio puedan parecer inofensivas, son causantes del contagio de la salmonelosis o la disentería. Por lo que suelen ser objeto de erradicación en los locales hosteleros.
Las avispas. Muy fáciles de reconocer por su color amarillento y su zumbido inconfundible. Suelen ser las protagonistas de las zonas con algún tipo de estanque o embalse de agua (piscinas, ríos, lagos…) También les gusta sobrevolar las flores o las plantas propias de estas áreas. Por norma general, su picadura aunque dolorosa no suele presentar un gran peligro, exceptuando para aquellas personas que muestren indicios de alergia.
La mosca negra. Ha batido récords históricos a causa de su crecimiento y gran multiplicación. Su picadora es bastante dolorosa, prolongándose su molestia hasta varias semanas. A pesar de que se ubican en toda la geografía española, son especialmente concurrente en la comunidad de Aragón y la cuenca del Ebro.
Los roedores. Muy perjudiciales en cuanto a la proliferación de graves enfermedades como el virus de Hanta, la peste bubónica, la salmonelosis o la leptospirosis entre muchas otras. Es cierto que las ratas y ratones son necesarias para el ecosistema urbano, sin embargo, se debe llevar un estricto control sobre su presencia. En algunas ciudades han llegado a convertirse en un gran problema de primera orden, obligando a tomar medidas más extremas como es en el caso de Tarragona.
Las termitas. El problema principal son los daños materiales que se producen por la presencia de estos insectos en el ambiente del hogar. Siendo muy sigilosas en su actividad a lo largo del tiempo. Nosotros utilizamos uno de los métodos más eficaces, garantizando hasta 5 años sin ellas.
Consejos para la prevención de plagas en verano
Si es bien cierto que no podemos evitar su aparición durante el verano, también tenemos la opción de tomar medidas para prevenir lo máximo posible su invasión en nuestro entorno:
- Evitar núcleos de humedad y de calor
- Limpiar los restos de comidas sobre las superficies.
- Tirar de forma frecuente los restos y bolsas de basura
- Ofrecer ventilación a los espacios de nuestra casa
- Sellar grietas y revisar los desagües, aguas estancadas y luces subacuáticas
- Mantener una buena temperatura en los espacios cerrados
En caso de que necesites un control integral de plagas originarias en las épocas de verano, no dudes en consultarnos. En Ecomol somos implacables para erradicar la presencia de este tipo de insectos que generan en poco tiempo infestación.
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